Lo que pudo ser y no fue...

Todo el mundo quiere una vida emocionante, pero casi todo el mundo tiene miedo de agarrar el toro por los cuernos. Por eso, para vivir una vida emocionante, eligen la opción fácil e irreal, es decir, viven la emoción a través de otras personas. ¿Os imagináis?

¡¡¡¡Buenos días princesa!!!!! ¿Qué mujer no ha soñado jamás con la posibilidad de que la persona que más le ama le dedique esas tres bellas palabras? O… ¿Qué persona no desearía vivir aunque sea por un instante aquel momento vivido por Demi Moore en “Ghost” cuando juegan con la arcilla? (tengo entendido que las ventas del “Alfanova” se dispararon tras esa película) o ¿a quién no le haría vibrar tener una persona a su lado durante toda la vida tal y como relata el Diario de Noa? Sería maravilloso ¿no crees?

Lamentablemente, la realidad es otra cosa. El gran problema viene dado cuando ha habido una interiorización muy intensa de ese personaje y de su historia de amor, ya que esto te puede llegar a provocar una idealización de la pareja, es decir, crearte una imagen falsa de esa persona al intentar establecer una analogía entre la relación ficticia de la película y tu propia y verdadera relación. Esto lo que hace es generar unas expectativas tan enormes como ficticias de tu pareja de tal manera que desde un principio tu nivel de exigencia real está sobredimensionado.

Por supuesto con esto no quiero decir que no se sea exigente a la hora de buscar pareja, lo único que deseo trasladaros es la idea de que se sea exigente con PERSONAS REALES, y no compararlos con grandes personajes con personalidades arrolladoras creadas por guionistas y custodiados por la gran industria cinematográfica americana ya que considero que esto beneficiará a la salud amorosa de las parejas por que estaría bien recordar que esto, la vida, no es una película.

Espero que os guste, Jaime.